Esta reflexión me la envió una hermana y amiga en Cristo y a sido de bendición, así que deseo compartirla con ustedes.
Déjeme mostrarle la Compañía José, conformada en los últimos días por un
cuerpo de creyentes completamente entregados al Señor. Ellos tienen comunión
con Dios a diario y son guiados por el Espíritu en cada detalle de sus vidas.
En este momento, ellos están saliendo de grandes pruebas para entrar en un
lugar de revelación, sabiduría y de mucho fruto. Dios está obrando en ellos
dándoles verdad y conocimiento, y muy pronto Él va a recurrir a ellos como lo
hizo con José.
En su mayor parte, la iglesia de hoy está experimentando gran hambruna
espiritual: sermones superficiales, oyentes muertos, adoración "avivada" que
no está respaldada por una vida de rectitud.
Dios siempre ha trabajado muy por adelantado en vísperas de cada hambruna
espiritual que enfrenta su iglesia ¡En cada generación Él ha obrado
anticipadamente con el objetivo de preparar una salida a su pueblo!
Los setenta y cinco miembros del clan de Jacob habrían muerto en la gran
hambruna mundial (y la promesa de Israel habría sido destruida,) si Dios no
hubiera estado trabajando con antelación. De hecho, veinte años antes de que
llegara el hambre, Dios ya estaba poniendo en marcha un plan para salvar a su
pueblo de la destrucción.
¡Dios envió primero a José a Egipto! Durante veinte años Dios trabajó en
este hombre en aislamiento, tratándolo y preparándolo para un lugar de
autoridad, pues José se convirtió en el salvavidas de los elegidos de Dios.
Él evitó que José estuviera en una posición privilegiada con el fin de que
éste pudiera estar listo para un día de caos y muerte.
Amados, así como Dios aisló a José, hoy Él cuenta con la compañía José
que está oculta a la vista de todos. Sus miembros se encuentran en el horno de
la aflicción,en las prisiones de la prueba, en los campos de batalla de
problemas y tentaciones. Ellos están muriendo a este mundo, no quieren nada de
fama, honor, dinero o placer. Están creciendo con hambre de más intimidad con
Cristo para conocer su corazón y su voz.
Puede que usted no comprenda todas las misteriosas pruebas, tribulaciones y
problemas de su vida, pero si su corazón está totalmente determinado en
seguir a Cristo, usted puede descansar seguro de que Dios tiene un propósito
en todo esto: ¡Él quiere incluirlo en la Compañia José!
Fuente:David Wilkerson
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